Venezuela, el drama y la esperanza

por Pedro J. Martinez-Fraga

September 21, 2012 / Posted in: América Latina, Cuba Libre, Opinión

“…como si la vida fuera justa, como si la patria fuera agradecida, como si el porvenir nos debiera la victoria, como si los hombres fueran buenos…¨ Federico Amiel

En breve –dentro de pocas semanas- culminará la peregrinación de Venezuela hacia la lucidez y la libertad. El domingo 7 de octubre habrá elecciones; el drama lo aportan las incógnitas: ¿Se cumplirán las reglas? ¿El resultado será transparente?

El camino de civilidad escogido por la oposición es un acierto independiente del futuro inmediato. A un tiempo obligación moral, y acto de fé en la voluntad mayoritaria, la decisión de concurrir a elecciones no necesita logros que la justifiquen. En realidad retoma la vieja tradición venezolana de preceder la historia. Bastan dos nombres, Miranda y Bolívar. Entonces se trataba de la independencia y ahora de la integridad. Dos expresiones de una misma idea: la libertad. Es así́ que este episodio político trasciende y nos afecta a todos, sin que importen las nacionalidades.

El Mundo Libre no es una entelequia, como algunos desean hacernos creer, sino una realidad forjada durante siglos a golpe de esfuerzo y de genio. Cualquiera de sus facetas es imprescindible a su existencia: la libre expresión, o la libre empresa, la libertad de locomoción, o la de pensamiento, todas le son indispensables. A fin de cuentas la libertad es una sola. Y es ese Mundo Libre lo que se corre el riesgo de perder, lo que está́ en juego.

Venezuela está de nuevo en la encrucijada –lo mismo que en el siglo XIX- otra vez representada por sus mejores hijos, que encarnan su cultura y sus aspiraciones legítimas, de cara a una ola de codicia, de demagogia, de intereses bastardos. Ha escogido las armas más nobles para defenderse: el amparo de la ley y la voluntad de la población, a pesar del peligro evidente de reclamarles el poder a quienes lo detentan. El momento no puede ser más estelar ni estar más cargado de presagios –algunos muy sombríos. No obstante, el Mundo Occidental (el Mundo Libre) en que nacimos y que hemos heredado, siempre ha estado bajo los auspicios de un optimismo (no me refiero a la variedad pueril), que ha sido la inspiración profunda del pensamiento griego, de la diligencia romana, de la promesa cristiana. Repitiéndonos con mil voces que la luz acaba por prevalecer sobre las sombras, que no hay esfuerzo que no reciba recompensa más tarde o más temprano. De modo que el peligro es parte del paisaje, nada más. Como también lo es la solidaridad que les debemos a los que están en la primera línea de la batalla sorda que se está́ librando en Venezuela, porque sin solidaridad no hay esperanza.

Pedro J. Martinez-Fraga

SOURCE / NOTICIASPUNTOCOM.TV / Noticias e Investigación en Latinoamérica.

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