Trivia y anécdotas vividas durante la batalla de Playa Girón

Por José M. Juara Silverio

Se ha escrito mucho y se continúa investigando sobre los errores que resultaron en el mayor fracaso de la política norteamericana de la Guerra Fría. Fueron tantos, desde el desarrollo del plan hasta su ejecución, por parte de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), como grande la indecisión mostrada por el Presidente John F. Kennedy. Y en este Cincuenta Aniversario de los sucesos acaecidos en Cuba, en Abril de 1961, quisiera recordar alguno de ellos, como testigo de los hechos y otros por la relación que tuve con los participantes, en una forma amena, pero sin quitarle por ello una pizca de importancia.

Hasta en las traducciones se equivocó la Agencia Central de Inteligencia.

Al sitio en cuestión, La Bahía de Cochinos, en vez de llamarle por su nombre propio, “Bahía de Cochinos”, tradujeron el cochino por “pig” y la orden de combate establecía desembarcar por “The Bay of Pigs”, un sitio inexistente en los mapas de la época. Gracias al periodista Gustavo Godoy, sabemos que esa bahía descubierta en el Segundo viaje de Cristóbal Colón estaba llena de unos peces que debido a su piel gruesa y rugosa, los españoles le llamaban el pez cochino, cuyo nombre científico es “Balistes Vetula, en inglés, “queen trigger fish”.

¿Quién fue el primer brigadista capturado de la Brigada 2506? Fue mi amigo y compañero paracaidista Carlos Onetti Aunon. Cuando lo llevaron a interrogarlo por el comandante Pinero (alias “Barbarroja”) este intrigado por saber la fuerza del enemigo le preguntó que cuántos hombres habían desembarcado. Carlitos, para desinformarlo le contestó: “Veinte mil infantes y seis mil paracaidistas”. Pinero, abriendo los ojos, y sorprendido, exclamó (como diría Alvarez Guedes) “…….Nooooo!!)

Como sobrevivir a dos proyectiles rusos de 105 mms: Llegando a Playa Girón desde el frente de San Blas, me encuentro con mi primo Joaquinito que se encontraba en una trinchera defendiendo la posición. En eso siento el zumbido de dos obuses sobre mi cabeza, Joaquín me grita “José, tírate al suelo”. No me da tiempo de hacerlo y caen estruendosamente a menos de diez pies de mi persona, envolviéndome en una nube de polvo y arena. Pero no estoy ni levemente herido. La razón de lo que pasó: Los artilleros castrocomunistas no le quitaban el seguro a la espoleta del proyectil y por lo tanto al llegar al blanco no explotaba la carga. ¿Fue incapacidad, apuro y nerviosismo o fue un sabotaje de alguno de ellos para no hacer daño con el cañonazo.? No lo sabré nunca pero doy gracias a Dios por haber salido con vida e ileso, de ese incidente.

El último disparo de la batalla:

Poco tiempo después me encuentro con los morteros del Batallón # 2, que continuaba la batalla por el frente Oeste. Erneido Oliva, Segundo Jefe de la Brigada llama por radio y da las coordenadas de tiro al radio operador Gabriel Oti. Félix López, a cargo del mortero, el Chino Argüelles agarra el proyectil lo dispara y le dice a Oti: “Comunícale a Oliva que ese fue el último proyectil que nos quedaba”. Entonces Oliva ordena la retirada de sus hombres del frente de combate. Iniciamos así, la retirada hacia el Este, en un intento por llegar a las montañas del Escambray.

La ironía del destino de cada persona.

Cinco fueron los pilotos de la Fuerza Aérea Castrista que se destacaron en Playa Girón: Carreras, Rafael Del Pino, Silva Tablada, Alvaro Prendes y Douglas Rudd. Silva Tablada fue derribado y muerto por las ametralladoras de la Brigada sobre Playa Girón.

Sabía Ud. que de los cuatro que quedaron vivos, tres de ellos desertaron y se exiliaron en Miami. Del Pino se encuentra viviendo en algún lugar de los Estados Unidos. Prendes renunció en Cuba, públicamente, a todas sus medallas, vino a los E.U. y murió hace pocos años en Miami, al igual que Douglas Rudd, que murió en casa de quien fuera su amigo de juventud y quien le brinda su ayuda, el también piloto, y que también peleó en Girón, como parte de la fuerza Aérea de la Brigada, el Capitán Eduardo Ferrer.

Trazadoras.

Cuando en la mañana del día 18 llegó la avanzada castrista en dirección a San Blas, los enfrentamos y detuvimos su ofensiva. Durante el combate uno de ellos que disparo varias balas trazadoras, seguidas, una detrás de las otras, delatando su posición. Para allí mismo apunté y le disparé los ocho proyectiles del “clip”del Garand.

No se lo que pasó pero de allí no volvieron a salir mas balas trazadoras. Me preguntó si lo maté o lo asusté. Creo que me quedaré con esa duda por toda la vida.

Epílogo:

El Presidente Kennedy toma personalmente la responsabilidad de la derrota de Girón, cuando declaró: “Las victorias tienen muchos padres. Las derrotas son huérfanas. Yo soy el padre de esta derrota”. No sé si se dio cuenta de que se había asesorado políticamente por elementos muy liberales del partido demócrata como McGeorge Bundy, y el profesor Schlesinger. Hace poco uno de los miembros que participó en estos eventos declaró que: “El gran error nuestro fue que no le advertimos al Presidente sobre las terribles consecuencias negativas que acarrearía una derrotas de las fuerzas de la Brigada”.

En 1988, me encontraba construyendo la residencia de Charles “Bebe” Rebozo en Key Biscayne. Llegó un día al proyecto acompañado de su íntimo amigo el ex-presidente Richard Nixon.“Bebe” me presentó y le dijo de mi participación en la gesta de Girón. Nixon, al despedirse me dijo muy seriamente lo siguiente: “Yo, como Presidente, nunca los hubiera abandonado en las sangrientas arenas de Playa Girón”.

Por medio del presente, quiero recordar y rendir tributo a todos los mártires de la Brigada 2506 que ofrendaron sus vidas en aquel noble y patriótico empeño, especialmente a aquellos, alguno de los cuales, fueron amigos de muchos años, como Eufrasio Alemán, Verita, Ernesto Hernández Cosío, Manuel Blanco Navarro y German Kosh.

José M. Juara Silverio, paracaidista de la Brigada 2506 es un ingeniero exiliado cubano que reside en Key Biscayne, FL.

Logo

Organización Auténtica