EL ARROLLADOR TRIUNFO CUBANO!

por Esteban Fernández

Yo reto a todos los cubanos en la búsqueda de uno que me escriba una carta y me diga: "Esteban, yo soy un fracaso total y absoluto". Eso no existe. El triunfo cubano está en nuestra creencia firme de que hemos triunfado. Reside en nuestras propias mentes.

Los cubanos triunfamos en la Cuba Repúblicana ¿no estábamos a la cabeza del mundo en casi todo?. Mientras, a pesar de que la Cuba actual es un desastre, el régimen castrista sostiene categóricamente a través de los medios publicitarios su triunfo absoluto.

Y... aunque el destierro no ha logrado derrocar a la tiranía ni liberar a Cuba nosotros nos catalogamos como un exilio triunfador. ¿No convertimos a Miami y a sus alrededores que eran pueblecitos de campo, en una exitosa y gran ciudad?

¿En que lugar, en que Historia, usted ha visto que dos causas opuestas, en guerra desde hace más de 50 años (el castrismo y nosotros) puedan sostener ambas que han triunfado?

Vaya, el exilio cubano ha triunfado radicalmente: tenemos casas, autos, muchos bancos y cuentas de banco, le hemos dado educación a nuestros hijos, uno fue Presidente de la Coca Cola, un montón de Congresistas, hemos tenido a Palmeiro, Liván, El Duque etc., en las Grandes Ligas de béisbol, Andy García y Cameron Díaz en el cine. Son todos triunfos cubanos.

Mientras tanto, allá, la pareja de hermanos genocidas creen firmemente que el triunfo es de ellos porque se ha mantenido 50 años y cuatros meses de dueños absolutos de Cuba.

Entonces ¿quienes son los fracasados? No tengo ni la menor idea. Nosotros debemos buscar a algunos chinos que estén dispuestos a aceptar algún fracaso.

La culpa es del totí.

Para mi que ya desde el mismo instante en que uno nace en la tierra más linda del Universo, Cuba, ya eso es un triunfo. Ese es el primer triunfo y ese el primer premio que nos da la naturaleza. Por favor, si yo hubiera nacido en el Desierto de Sahara me hubiera sentido toda la vida como un fracasado por no haber nacido en Güines o en Sagua la Grande o en Guanabacoa.

Y la vida cubana la llevamos "de triunfo en triunfo". Mientras al fracaso le hacemos poco caso, siempre encontramos a alguien, o a algo, para achacarle el error cometido.

Lo que para el resto de la humanidad son cosas normales para nosotros son triunfos: sí se casa la hija por la Iglesia damos una fiesta y lo convertimos en un triunfo, si el hijo se graduó de abogado eso es un triunfo.

Observe usted que cuando triunfa un cubano en algo "eso representa un orgullo y un triunfo DE TODOS LOS CUBANOS". Cada vez que José Canseco metía un jonrón me sentía como que "soy yo el que mete el jonrón". Y así se sentían todos los cubanos, aunque no podamos compartir su salario.

Celia Cruz no era simplemente una cubana. Celia Cruz era once millones de cubanos. Nos sentimos que todos los aplausos que recibía Celia eran aplausos a todos y cada uno de nosotros. Nada me molesta más que cuando se refieren a Celia Cruz como "la guarachera del Mundo". Vaya, me siento como si el resto de la humanidad estuviera escamotéandole el triunfo que a cada uno de nosotros nos pertenece.

Escogemos y preferimos a los equipos de béisbol mejores y más triunfadores. El Almendares, el Habana el equipo de Marta Estévez, los Yankees. Y el triunfo de esos equipos representa un triunfo nuestro.

Cuando ganan los Yankees yo me siento un triunfador absoluto. El esperpento de Birán nunca tuvo ni mil soldados en la Sierra, pero el primero de enero de 1959 millones de cubanos compartieron "el triunfo". Y todavía, hoy, 107 años más tarde, yo celebro eufórico el TRIUNFO QUE TUVIMOS (usted y yo y todos) cuando el 20 de Mayo de 1902 se izó por primera vez la bandera cubana libre y soberana.

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