La Constitución y la Desobediencia a la Ley

From: David Rosenthal

En muchas ocasiones se escucha decir que hay que respetar las leyes de los Estados Unidos. Por supuesto, el propósito de la ley ha de ser, proteger los derechos civiles proteger a las personas y la propiedad, mantener el orden y fijar los límites del tipo de comportamiento que la sociedad pueda tolerar, así como fijar castigos para los que violan los derechos y las normas de la sociedad. Por supuesto, hay que obedecer las leyes. Pero no siempre.

Aunque las legislaturas se dan mucha lija, no son infalibles, pues más de una vez han legislado leyes inválidas del punto de vista de la ley suprema de la nación, la Constitución de Los Estados Unidos de América. De acuerdo con la morma americana, así como con el buen juicio, ninguna ley que en algo contradiga a la Constitución tiene validez, y tal ley no ha de ser respetado.

Es posible que las autoridades de algún departamento del gobierno quieran obligarle a uno a obedecer sus órdenes, estatutos, o ordenanzas, y posiblemente a uno le castiguen severamente por desobedecer. Mas sin embargo, cuando así acontece, el criminal no es el que desobedece, sino el que castiga.

El respeto es un aspecto fundamental de cualquier sociedad que se quisiera tener por civilizada. Pero no es respetable todo lo que exige ser respetado. Si tenemos un ley suprema, y se entiende que nadie debe de exigir lo que contradiga esa ley, el que exige lo contrario es delincuente, y no merece el respeto.

El fundamento de la Constitución, el propósito por el que fue compuesto, tiene que ver basicamente con la idea de fundar una nación en la que los derechos se respetaran, no los derechos imaginados del que trate de imponer su criterio sin base, sino los derechos de los que todo el mundo está de acuerdo, que son varios. Alegadamente por eso se llevó a cabo la Revolución Norteamericana, para fundar esa nación en la que todos los hombres pudieran disfrutar de los mismos derechos, entre los que se cuentan el derecho a la vida, a la libertad, y a la busqueda de la felicidad.

Debido a que se reconocen que estos derechos son inalienables y universales, cualquier ley que impone lo contrario sobre algún pueblo no ha de ser respetado. Si reconocemos que la base de nuestra justicia es inseparable del respeto que se debe a estos derechos, no puede ser compatible con esto ninguna ley que impide a algún pueblo la posibilidad de disfrutar de estos derechos. Tal ley sería una gran contradicción, una afrenta a la justicia, y una abominación ante Dios y los hombres honrados.

Hay quienes predican que los Estados Unidos tiene el derecho de cuidar de su seguridad y sus fronteras, y nadie puede refutar esto con razón. Mas si los Estados Unidos impide la liberación de algún pueblo, en nombre de la seguridad propia, entonces los Estados Unidos viola sus propios valores, y se expone a desgracia e infamia. Ninguna nación tiene el derecho de disfrutar de su seguridad al costo de la esclavitud de otra nación.

En el antiguo mundo, había que respetar y obedecer al rey, cuya palabra muchas veces tenía la fuerza de ley. La Biblia dice que las autoridades están puestos en sus lugares por Dios. Y la Palabra de Dios también ordena que a las autoridades les respetemos. Mas el orden del mundo se ha convertido de tal manera que en ciertos paises, como en los Estados Unidos, la autoridad oficial depende de cierta manera de consentimiento de los gobernados. La máxima autoridad no es ninguna persona humana, sino la ley suprema de la nación, a la que debe respetar todo hombre y mujer, sea el presidente o el que barre la Casa Blanca.

Puede distorcionar la ley algún juez, o puede crear una ley perversa la legislatura, o puede abusar de la ley cualquier administración, pero la ley suprema sigue siendo la máxima autoridad, y depende del beneplácito del pueblo que esa ley siga en vigor o se cambie. Recuerden la revolución exitosa contra los impuestos de California. Recuerden el movimiento exitoso pro derechos civiles de los años 60s. Y recuerden los esclavos de Cuba.

Abajo pueden leer acerca de varios casos en los que se esclareció que ninguna ley tiene validez que contradiga a la Constitución. El pueblo norteamericano, como el pueblo cubano en el Exilio en los Estados Unidos, debe de aprender esta lección, porque ninguna persona puede ser libre que obedece una ley injusta o inválida.

(http://www.wealth4freedom.com/truth/1/CRB.htm).

"The general misconception is that any statute passed by legislators bearing the appearance of law constitutes the law of the land. The U.S. Constitution is the supreme law of the land, and any statute, to be valid, must be in agreement. It is impossible for a law which violates the Constitution to be valid. This is succinctly stated as follows: 'All laws which are repugnant to the Constitution are null and void.' Marbury vs. Madison, 5 US (2 Cranch) 137, 174, 176, (1803) 'When rights secured by the Constitution are involved, there can be no rule making or legislation which would abrogate them.' Miranda vs. Arizona, 384 US 436 p. 491. 'An unconstitutional act is not law; it confers no rights; it imposes no duties; affords no protection; it creates no office; it is in legal contemplation, as inoperative as though it had never been passed.' Norton vs. Shelby County 118 US 425 p. 442 'The general rule is that an unconstitutional statute, though having the form and name of law, is in reality no law, but is wholly void, and ineffective for any purpose; since unconstitutionality dates from the time of its enactment, and not merely from the date of the decision so branding it. 'No one is bound to obey an unconstitutional law and no courts are bound to enforce it.' 16 Am Jur 2nd, Sec 177 late 2d, Sec 256

sleeping_doggie@yahoo.com
October 16, 2006
Envio a MUR por Chachi Novellas

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