¿Qué volencia ni que violencia?

Por David Rosenthal

Febrero 20, 2006

¿Violencia? ¿Defensa propia es violencia?

¿Si alguien te atacara, no tratarías de defenderte?

¿Y si alguien te quisiera agredir, y no pudieras huirte, qué harías? ¿Te dejarías golpear, puñalear, tirotear, torturar, encarcelar, y abusar de todas las maneras, a ti y a tus familiares, porque el responder en defensa propia se considera violencia?

¿Y si te quisieran esclavizar? ¿Si te quisieran quitar todos los derechos humanos y civiles, la libertad, el derecho de vivir de acuerdo con tus deseos y preferencias, sin hacerle daño tú a nadie, meterte en un totalitarismo inhumano, proscribirte vivir como quisiera vivir cualquier persona normal? ¿Si te pidieran de favor que te sometieras a esto sin queja y sin oponerte, lo harías?

¿Y si te dijeran que nunca van a aflojar el totalitarismo, que la dictadura va a seguir por generación tras generación hasta siempre? ¿Estarías de acuerdo en esto? ¿Te someterías a esto, porque algún energúmeno anormal sostuviera que debe haber un cambio "sin violencia"?

Yo sé - yo nunca he vivido en Cuba. Pues no me hace falta vivir en Cuba para entender que yo no me pienso someter al abuso, y que el defenderse no signifca violencia. Al que me quiera agredir o abusar, lo debo detener o hasta eliminar, si no hubiera alternativa adecuada.

Por eso tenemos organismos dedicados a la protección del público, los que están autorizados a utilizar la fuerza necesaria para no permitir que los delincuentes hagan daño a los inocentes. Al policia que le tire a un ladrón armado, en el transcurso de un asalto bancario fracasado, no le decimos, ¡Ay, qué violento!

Los cubanos han estado sometidos hace 47 años a una larga serie de asaltos inhumanos de parte de unos hijos del Diablo, los que siguen diciendo, Socialismo o Muerte, Venceremos.

El que para ahora diga, con respecto a esos delincuentones del régimen de Castro, "No seamos violentos", no les sé responder, a no ser que yo diga que son energúmenos anormales.

Una cosa es decidir responder con paciencia, compasión, o autodominio delante de un ataque personal. No hace falta volver mal por mal en todo caso. Quizás se pueda evitar la respuesta con fuerza en la mayoría de los casos de agresón personal. Pero el caso de Cuba no es uno de ocasionales agresiones por mal genio o falta de cultura. El caso de Cuba se trata de un largo historial de abusos institucionalizados, planificados, llevados a cabo con cierta constancia, eficacia, y propósito diabólico.

El que no sepa distinguir entre un error y un proceder intencional perpetuado es un energúmeno anormal.

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