IR A CUBA

por Omar Lares del El Universal - Venezuela

IR A CUBA, antaño, era un privilegio. Quince veces fui a La Habana durante los gobiernos de Prío Socarrás y Fulgencio Batista. Democracia y dictadura respectivamente. Con Fidel Castro en el poder sólo una vez, cuando la III Conferencia de los No Alineados. Las recientes generaciones poco saben del esplendor de aquella fantástica ínsula antes de la llegada de Fidel y sus barbudos. Por cierto que en dos viajes diferentes coincidí allá con los asesinatos de Salas Cañizares, Jefe de la Policía, y el coronel Blanco Rico, alto jefe castrense. Lo volaron de un bombazo en el cabaret "Montmartre". Cuando el gobierno de Batista cae, Cuba se hallaba en la fase de su desarrollo, en el despegue. Su presupuesto era de 400 millones de dólares anuales. En un período de 56 años había cuadruplicado su población, elevando considerablemente sus ingresos. Casi 15.000 millones de dólares en importaciones y casi 19.000 millones de dólares en exportaciones. A partir de 1940 su balanza de pagos le era favorable y sus reservas de oro llegaron a más de 500 millones de dólares. El Censo Agrícola de 1946 refería que el promedio de fincas rurales en Cuba era de 56,7 hectáreas, el de Estados Unidos 78,5; el de México 82 y el de Venezuela 33,5 El nivel de vida de esa Cuba era muy superior, por ejemplo, al de Rusia y países del Pacto de Varsovia. En 1959, a la llegada de Fidel Castro de la Sierra Maestra, en automóviles, radios y teléfonos, los más baratos, igualmente los servicios públicos, lo cual dejaron atónitos a los técnicos soviéticos que comenzaron a poblarla. La economía cubana era solvente, revelan cifras de la poca por parte de la CEPAL, la OEA, la ONU y los Departamentos de Agricultura y Comercio de Washington, registrando su año esplendoroso, económicamente, 1957. A la llegada de Fidel, había en Cuba 271.560 automóviles en circulación, el segundo lugar en América Latina. Su población era de casi 6 millones de habitantes. Había un televisor, en 1959, por cada 10 habitantes (segundo lugar en América); un radio por cada 5 habitantes (segundo lugar en América); un automóvil por cada 27 habitantes (tercer lugar en América) una nevera por cada 19 habitantes (tercer lugar en América); un teléfono por cada 28 habitantes (tercer lugar en América) un médico por cada 980 habitantes (segundo lugar en América) un estudiante por cada 273 habitantes (cuarto lugar en América); 23 emisoras de radio (tercer lugar en América); 600 salas de cine (segundo lugar en América); 58 periódicos diarios y 126 revistas (segundo lugar en América); 42 hoteles de primera (cuarto lugar en América) consumo de carne per cápita (segundo lugar de América) salarios agrícolas (3 dólares diarios-promedio, séptimo lugar en el mundo), salarios industriales (6 dólares diarios promedio, segundo lugar en América). Tercer lugar en América en reservas oro, dólares, valores convertibles. Cuba era cuarta mundialmente en remuneración de obreros y empleados después de Inglaterra, Estados Unidos y Canadá. En analfabetismo acusaba 18%, tercer lugar en América. Y en legislación social sólo era superada por Estados Unidos. "El Economista", de México, hizo recientemente esta descripción de la Cuba que abandonó Fulgencia Batista el 1o de enero del 59, refugiándose en República Dominicana. Cuba le llevaba una morena a Venezuela en confort, en buen vivir, para entonces. Su cercanía a Estados Unidos la favorecía enormente. Un pequeño detalle, para poner término a esta radiografía de la que Cuba fue llamada por el propio Fidel Castro "el burdel de América". Cuando se jugó la Serie Mundial de 1959, entre Chicago White Sox y Los Angeles-Dodgers, los cubanos vieron en vivo el evento, al producirse las jugadas. Una avioneta recogió la señal del satélite y voló sobre La Habana todo el tiempo. En Venezuela supimos del evento, pero ¡por radio!. La Habana es ahora el auténtico burdel del continente, siendo la prostitución, a través de las famosas jineteras, una industria floreciente que le proporciona dólares al régimen. Cuba era fuera de serie, habría sido la ciudad-estrella del continente de no aparecer Fidel con su revolución comunista que la empobreció. La Habana le llevaba a Caracas, en progreso, no menos de 2 lustros. Palabra que sí, compatriotas. ¡Se cansa uno!

Fernando De Matos
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