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Castro, Saddam y el virus del Nilo occidental

por Ernesto F. Betancourt


Ya ha llegado a la Florida el virus del Nilo occidental. Los condados del norte del estado han sufrido los primeros casos de encefalitis y según el Dept. de Salud estatal, es inevitable que la epidemia llegue al sur de la Florida. Hay evidencia que apunta a la posibilidad de que el binomio Castro-Saddam haya jugado un papel central en que este virus, antes limitado al continente africano, se haya propagado al hemisferio occidental. Algunos rechazarán semejante hipótesis, por inclinación ideológica o por temor a enfrentar una realidad desagrable. Aquí revisaremos los hechos, así como la necesidad de que los ciudadanos demanden de las autoridades el validar o rechazar la misma.

En el otoño de 1999 explotó la epidemia de encefalitis en Nueva York. El Center for Disease Control (CDC) atribuyó la epidemia al virus de St. Louis, pero Tracey McNamara, alerta patóloga del Zoológico del Bronx, estableció el vínculo de la epidemia con una cantidad anormal de aves muertas con el cerebro inflamado. A resultas de este descubrimiento se determinó que la epidemia se basaba en dos factores: aves migratorias y el virus del Nilo occidental. Como dicho virus nunca se había encontrado en este hemisferio, era uun enigma cómo había llegado a Nueva York.

En un artículo publicado en octubre de 1999 en The New Yorker, Richard Preston levantó la hipótesis de que pudiera ser un ataque bioterrorista de Saddam Hussein. Según él, la CIA estaba muy interesada en el terrorismo biológico y en darle seguimiento a la posibilidad de una conexión iraquí. Esto provocó una arrogante respuesta de un vocero anónimo de la CIA, en The Washington Post: ``Implicar una investigación da más credibilidad a esa hipótesis de la que merece''. Ese vocero anónimo no ofreció una explicación alterna. Preston citaba a un desertor iraquí que en una conversación con Saddam éste había hecho referencia a un dossier sobre ``su arma final, desarrollada en laboratorios fuera de Iraq... Libres de la inspección de la ONU, desarrollarán la cepa SV1417 del virus del Nilo occidental".

Este comentario de Saddam nos lleva al vínculo con Castro. Cuba es el único país que reúne las condiciones para esas investigaciones: tiene la capacidad tecnológica; es aliado de Irak y comparte su implacable hostilidad a EU; no está sujeto a inspección de la ONU; es una sociedad cerrada donde no hay prensa investigativa que pueda descubrir esas actividades; y su ubicación geográfica permite el acceso a EU por aves migratorias. Pero hay mucha más evidencia que justifica la hipótesis de Cuba-Irak como respuesta al misterio de la encefalitis.

Un año antes de que se produjera la epidemia, en 1998, la Editorial Universal publica el libro de Carlos Wotzkow, ornitólogo cubano que reside en Suiza, Natumaleza cubana. Wotzkow relata que, a principios de los 80, Castro ordenó se iniciara un Frente Biológico: ``Una idea para llevar la guerra biológica a EU por medio de la introducción de virus de enfermedades infecciosas usando aves migratorias''. De acuerdo con Wotzkow, sus comentarios críticos, entre otros factores, dieron lugar a su separación del instituto, que quedó asociado con el Pedro Kourí de Medicina Tropical para identificar virus que pudieran trasmitirse por aves migratorias. Estas declaraciones de Wotzkow preceden en un año lo descubierto por la patóloga de Bronx. ¿Por qué?

Ken Alibek, coronel ruso que fuera segundo jefe del programa soviético de guerra biológica, reporta en su libro Biohazard que la decisión de Castro de desarrollar guerra biológica está vinculada a su convicción de que EU fue responsable por la epidemia de dengue hemorrágico que azotó Cuba en 1981. Esto se amplía a otros casos de guerra biológica imputados a EU por el régimen castrista, en la acusación que presentó a la Asamblea General de la ONU en 1999, reiterada en el 2000, justificando una demanda de indemnización por $181 mil millones. Hay entonces evidencia pública de que Castro piensa que tiene un motivo para recurrir a esta arma: vengarse. En una coincidencia muy sospechosa, la Dra. Rosa Elena Simeón, presidenta de la Academia de Ciencias, y promotora del Frente Biológico, viajó a Nueva York cuando el brote de encefalitis, supuestamente asistiendo a la Asamblea General de la ONU. A su regreso fue recibida por Castro, quien en un acto excepcional en la Universidad de la Habana se refirió a que esta delegación había librado ``una batalla histórica y victoriosa en pleno corazón del imperio''. ¿Una batalla del Frente Biológico?

Que Cuba ha estado invirtiendo en su biotecnología es indiscutible. Jocelyn Kaiser, en la revista Science de 28 de noviembre, 1998, estimaba que la inversión alcanzaba los $1,000 millones. ¿De dónde sacó Cuba esos millones? ¿Será Saddam? En el informe de la CEPAL del 2000 sobre la economía cubana, ese sector no se incluye en estadísticas de inversión, producción o exportaciones. Esto lleva a preguntarse si será porque su función no es económica, sino militar. Esta posibilidad se refuerza con la cita en El Nuevo Herald el 18 de octubre de 1999 del Dr. Luis Roberto Hernández, entomólogo adiestrado en Inglaterra, quien trabajara en el Frente Biológico hasta su deserción en 1995: ``Eran laboratorios para identificación y producción de virus y usar como `hospederos' a las aves migratorias''. De acuerdo con el Dr. Hernández, estos laboratorios eran ``estrictamente secretos''.

La conexión Irak es mantenida discreta. Sin embargo, el Dr. Rafael Limonta, quien fuera Director del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB) --con más de 1,200 científicos y técnicos, según informa el Ing. Manuel Cereijo-- fue removido del cargo acusado de posible corrupción en su actuación en las relaciones con Irak, según la prensa oficial. Un despacho de Reuters aclaró que no había habido corrupción. Pero esto indica que el CIGB mantiene relaciones financieras con Irak. Según el Ing. Cereijo, en lo científico, este vínculo se remonta a cuando Irak tenía buenas relaciones con EU y el CDC envió a Irak cepas del virus del Nilo occidental obtenidas de una epidemia en Israel. Los iraquíes enviaron esas cepas al Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí. El intermediario principal entre Saddam y Castro es el ortopédico Dr. Rodrigo Alvarez Cambras, médico de confianza de Castro, a quien éste enviara para operar al hijo de Hussein tras un accidente.

Hay suficiente evidencia circunstancial que apunta al binomio Castro-Saddam como la posible explicación del misterio epidemiológico del virus del Nilo occidental para justificar la hipótesis investigativa. Los ciudadanos de la Florida tienen derecho a demandar que las autoridades estatales y federales verifiquen esta hipótesis investigativa para validarla o desecharla.


El Nuevo Herald
Publicado el sábado, 25 de agosto de 2001


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