LLORAMOS POR TI, VENEZUELA

Las imágenes de los sucesos en Caracas son harto conocidas para muchos de los que viven en el sur de La Florida, sobre todo para los cubanos. Turbas callejeras animadas por el hombre del poder son calificadas de "simpatizantes".

La policía llega, pero no para restituir el orden, sino para determinar que los congresistas no puedan entrar a su lugar legítimo de trabajo. Me imagino el regocijo de Fidel Castro desde La Habana viendo en su bunker las imágenes de Venezuela.

Así más o menos comenzó todo, en la Cuba de 1959. Nosotros, los cubanos, nos sabemos el guión. Lo increíble esque muchos repitan los mismos argumentos de aquel enero lejano en la isla caribena. Recuerdo cuando alegaban que Cuba era la azucarera de Estados Unidos y que los "yanquis" no iban a permitir el comunismo a noventa millas de sus costas. Pues sucedió que retiraron la cuota azucarera y compraron el dulce en otra parte. En cuanto al comunismo a ellos les da igual desde aquel premonitorio artículo firmado con tres X en la revista Foreign Affairs del Council on Foregin Relations.

Mañana puede suceder lo mismo: Estados Unidos compra el petróleo en otro lugar y en las gasolineras norteamericanas el galón sube unos cuantos centavos de precio. ¿Y después qué? Nada, absolutamente nada. Y ahora no hay Unión Soviética que compre la cuota azucarera a precios subsidiados. La U.R.S.S. ya no existe y, además, los rusos tienen petróleo.

Chávez, por su parte, busca su propia "Crisis de los Misiles" en las conversaciones con la guerrilla colombiana para convertirse, como lo hizo su admirado maestro Castro, en un personaje de relieve mundial en aquellos fatídicos trece días que sí conmovieron al mundo. Después de todo qué es Chávez si no un simple ex golpista con su propio Moncada a cuestas.

Desde el principio nunca me gustó, como no le gustó a ningún cubano de los que tuvimos que emigrar por situaciones similares en nuestra patria. Si el eje Habana-Caracas-Guerrilla constituye una aspiración de Chávez, para Castro es un sueño obsesivo. Será una entente contra el tradicional enemigo del mundo, los Estados·Unidos, vampiros de nacimiento que chupan la sangrre de América Latina sugún los "idiotas latinoamericanos".

Una de las falacias más grandes de estos días en torno al problema venezolano es señalar una y otra vez la miseria heredada de los partidos tradicionales. Si esto es verdad, y creo que no hay que dudarlo, de ninguna manera convierte automáticamente a Chávez en la opción

Una cosa no justifica la otra, de la misma manera que una dictadura fugaz y amateur en Cuba no justificaba la otra, de la misma manera que una dictadura fugaz y amateur en Cuba no justificaba el vuelco de una sociedad feliz a pesar de todo hacia un totalitarismo comunista.

Después de todo opino que Chávez, que al igual que Castro, es un hombre profundamente acomplejado, con un acusado sentimiento de inferioridad. Noten que posee las características de los que nos están conformes consigo mismo: hablar mucho y de todo por largas horas y salir constantemente en los medios de difusión.

Quiere ser más famoso que Elvis Presley, Greta Garbo Capone y Castro. Por otra parte, no sé cómo los venezolanos no se dieron cuenta de lo que les venía encima cuando Chávez se mandó a hacer la banda presidencial con el sastre de la casa real española rechazando el tradicional trabajo hecho por unas monjas venezolanas.

El peor enemigo de la especie es un hombre lleno de complejos. Un hombre así hoy manda en Venezuela y el llanto ya se escucha. Lloramos por ti, Venezuela, y que el destino no sea tan cruel como lo ha sido con Cuba.

FIN

Reinaldo Bragado Bretaña
Diario de las Americas 1999

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