CUBA: REFLEXIONES SOBRE EL EPISCOPADO Y LA REVOLUCIÓN

Al Vicario general del arzobispado de La Habana don Carlos Manuel de Céspedes y García Menocal sin olvidar al cardenal Ortega, y a sus homólogos del Vaticano, les debemos todos los cristianos una especial simpatía por la labor que están sobrellevando estos días.

Monseñor Carlos Manuel de Céspedes estuvo por España el pasado mes de julio dió unas conferencias en El Escorial sobre la Iglesia de Cuba durante la guerra del 98 y aprovechó para hacer declaraciones tan discutibles como que "Castro es muy cordial, pero sólo dialoga con la Iglesia cuando está de buen humor", que las relaciones con el gobierno mejoraban; calificó de Kafkiana y muy difícil de comprender la realidad cubana, también dijo que las relaciones entre las Conferencias Episcopales norteamericana y cubana son muy cercanas y fraternas y con el Vaticano excelentes. Atacó la Ley Helms-Burton calificándola de jurídicamente absurda y pidió al Gobierno de Aznar que continuaran la ayuda y las inversiones económicas de igual manera que el anterior gobierno socialista...

Para saber como piensa Monseñor Céspedes de los católicos cubanos, hay que leer su libro Promoción Humana, Realidad Cubana y Perspectivas, editado este año en Caracas, donde monseñor afirma que antes de la revolución, la mayoría de los cubanos eramos bautizados, íbamos a colegios católicos, nos confirmaban, nos casábamos por la Iglesia y cuando nos estábamos muriendo los familiares nos pedían la extremaunción y nos despedían con un responso y un solemne funeral católico, misas, recordatorios, etc, todo eso, según monseñor Céspedes, porque vestía bien y era elegante tener confesor o un cura amigo para invitarlo a comer, era la moda ! (Pags74-77). No es admisible que se anatematice toda una cultura católica arraigada en Cuba por algunos casos aislados que actuaran así.

En septiembre, antes de la operación del Papa, la eficáz propaganda cubana empezó a movilizarse y a hablar de que el presidente cubano podría ser recibido en el Vaticano, cuando asista a la reunión de la FAO en Roma y también de una posible visita de Juan Pablo II a la isla. Como resultado de tan astuta manera de presentar las relaciones con la Iglesia, el portavoz de la Santa Sede Joaquín Navarro Valls, confirmó la visita a Cuba del Canciller del Vaticano, monseñor Jean-Louis Tauran, invitado por las autoridades de la isla, los obispos y en particular por el cardenal Jaime L. Ortega, para tratar estos asuntos.

Para completar tanta doblez, a mediados de octubre el cardenal Roger Etchegaray, presidente del Pontífice Consejo Justicia y Paz, hizo desde radio Vaticana, unas declaraciones de inusual dureza contra la Ley Helms-Burton, diciendo que afecta indiscriminadamente a la población, sobre todo a la que vive en condiciones precarias y que amenaza, como afirman los obispos cubanos, con alejar la probabilidad de hallar medios pacíficos para la reconciliación. Tal parece es la Ley Helms la que afecta al pueblo, no la dictadura que sufren desde hace 37 años. Tengo presente al obispo chino Zeng Jingmu de setenta y cinco años, que ya ha pasado en la cárcel más de 23 años por su fidelidad al Papa y por no doblegarse a las autoridades comunistas. Seguramente el cardenal Etxegaray estará satisfecho de que no exista una Ley Helms-Burton para China y de las buenas relaciones con los obispos de la iglesia sometida y obediente al régimen. Y, para el pobre obispo mártir, que se pudre como tantos otros en las cárceles comunistas, ni una palabra.

Ante la proximidad de la VI Cumbre Iberoamericana que se celebrará en Santiago de Chile y en Valparaíso, los días 10 y 11 de noviembre, no debemos olvidar que, en 1971, Fidel Castro visitó Chile durante 23 días invitado por el Presidente Salvador Allende. Sería muy instructivo para muchos poder examinar el contenido del ejemplar Nº 127 de la revista Pastoral Popular de Ene-Feb 1972 dedicado en su totalidad a las numerosas conferencias dialogadas por Fidel en Chile, en especial a las relaciones con los católicos y de la alianza estratégica entre marxistas y cristianos revolucionarios, insistiendo Fidel en que, nosotros vemos a los cristianos de izquierda, a los cristianos revolucionarios, como aliados estratégicos de la revolución, pero siempre dentro de la unidad del partido comunista no como compañeros de viaje o como aliados tácticos o transitorios con duplicidad de funciones políticas... palabras de Fidel.

Hablaba Fidel con toda claridad, no podía ser de otra manera, la dolorosa experiencia sufrida por la Iglesia cubana la conocían en Chile, e insistía, los cristianos tienen que darse cuenta de que inevitablemente no le quedan más que dos alternativas: o se está con el proceso revolucionario, o se está de manera ineluctable contra dicho proceso. Negarse a ver la existencia de sólo esas dos alternativas, persistiendo en la busqueda de "ejes de conjunción" de corte tercerista, significa negar lo que los hechos gritan de manera inconfundible: la dialéctica de la correlación de fuerzas es nítidamente bipolar, tiene unicamente dos ejes de concentración... palabras de Fidel.

Es digna de hacer notar la entrevista que aparece en dicha revista Pastoral a Monseñor Francisco Oves Arzobispo de La Habana hace 25 años en la que contestando a las preguntas monseñor respondía que la situación de bloqueo es injusta conforme a lo que denunciara años atrás el Episcopado cubano y que, el papel desempeñado por la Revolución Cubana frente a la situación continental de injusticia, fué ampliamente expuesta en la Conferencia de Obispos Latinoamericanos celebrada en Medellín.

También monseñor Oves exponía al entrevistador lo siguiente, los obispos cubanos nos solidarizamos con el cardenal chileno Raúl Silva por haber recibido al Primer Ministro del Gobierno Revolucionario de Cuba y al mismo tiempo le expresamos a éste nuestro agradecimiento por sus deferencias hacia el cardenal Silva Henríquez la más alta representación de la Iglesia chilena. Es de todos conocidos los fuertes movimientos que se produjeron en Chile para protestar de como Fidel estaba inmiscuyéndose a todos los niveles en los asuntos internos de esa nación con las bendiciones de Salvador Allende y como la Iglesia chilena no se dejo embaucar.

Finalmente decía Monseñor Oves en aquella entrevista, el papel de nuestra Iglesia cubana se encuentra claramente planteado en el "Comunicado de los Obispos de Abril de 1969" : Nuestra misión es iluminar la conciencia de los cristianos y ayudarlos a asumir positivamente su compromiso de participar en la construcción de esta nueva sociedad, reconociendo aquellos valores humanos y evangélicos en que convergen el cristianismo y el socialismo entre nosotros, sin descuidar la tutela de los derechos fundamentales de la recta conciencia religiosa.

Era lo único que podía pedir nuestro obispo, no descuidar nuestra conciencia religiosa. Y es comprensible que en 1971 después de la crisis de los misiles en que Cuba fué cambiada a los soviéticos por su no intervención en Berlín, la Iglesia cubana se sintiera abandonada y no le quedara más remedio que refugiarse en las pocas iglesias y recintos que no les fueron cerrados o confiscados. Con la totalidad de monjas y curas extranjeros, especialmente los españoles que eran mayoría, presos o expulsados de la isla, se consiguió silenciar la voz de los sacerdotes. Pero las circunstancias han cambiado y en esta hora crítica de confusión para los católicos cubanos, reafirmamos nuestra convicción de que es necesario librar juntos la batalla final por la liberación de nuestro pueblo del ateísmo implantado por la fuerza del adoctrinamiento anticristo durante los 39 años de opresión castrista.

Los cristianos cubanos debemos unirnos sin fisuras y como nos advierte Monseñor Eduardo Boza Masvidal, que hoy vive en el exilio, pero que fué rector de la Universidad Católica de Santo Tomás de Villanueva y obispo auxiliar de La Habana, tenemos que evitar atacar a nuetros obispos para no convertirnos en compañeros de ruta de los comunistas castristas y no caer en la trampa que habilidosamente están tejiendo en estos momentos de crisis para su revolución atea.

Es fundamental enseñar a nuestros hijos católicos nacidos en el exilio la lucha de nuestros obispos para defenderse de los ataques del castrismo que empleó todos los medios prensa, televisión y violentas provocaciones callejeras contra la Iglesia.

Los escritos y pastorales de Monseñor Enrique Pérez Serantes arzobispo de Santiago de Cuba y de Monseñor Boza Masvidal a finales de 1960 servirían de enseñanza a nuestros hijos y a otros muchos que han olvidado el proceso persecutorio revolucionario marxista contra la Iglesia desde los primeros momentos.

Recordemos todos la Pastoral de Monseñor Pérez Serantes donde advertía claramente a Fidel Castro que la Iglesia estaba en pie de lucha contra el comunismo y rechazaba enérgicamente las acusaciones que éste le había hecho de ser un instrumento del imperialismo yanki en contra de los intereses del pueblo y le puntualizaba con valentía que, la Iglesia no tenía relaciones con ningún gobierno extranjero, pero si se viera obligada a elegir entre Estados Unidos y la Rusia soviética, la Iglesia no vacilaría en tomar su decisión.

Confiemos en que la Iglesia sepa aprovechar estos momentos sin perder el rumbo que nos marca la recta conciencia religiosa. Si no es así, tendremos que pensar que Fidel Castro no representa ni a Lucifer ni a Belcebú, sino que es la mismísima encarnación del Humo de Satanás que a todos confunde.

FIN

Nicolas Maruri del Castaño

Logo

Organización Auténtica