El Comite para la Proteccion de Periodistas

El Comité para la Protección de Periodistas (Commitee to Protect Journalists -CPJ) en Nueva York rindió esta noche, Martes 23 de Noviembre un homenaje a cinco periodistas. Ellos son Baton Haxhiu, editor jefe del Pristina Daily; Koha Ditore; Maria Cristina Caballero, una reportera que tuvo que huir de Colombia debido a amenazas de muerte; el matrimonio de Jugnu Mohsin y Najam Sethi, que publican The Friday Times, en Paquistan y Jesus Joel Diaz Hernandez, periodista independiente cubano, actualmente en prisión en la isla de Cuba.

Los cinco han sido seleccionados como ejemplos de persecucion o inseguridad en sus respectivos paises.

LA VOZ DE CUBA LIBRE se une a ese evento, publicando uno de los artículos enviados por el homenajeado periodista independiente Jesus Joel Díaz Hernández y distribuido por CubaNet, en Diciembre del pasado año, poco tiempo antes de su arresto.

Entre el apartheid turístico y el internacionalismo

CIEGO DE ÁVILA, 8 de diciembre de 1998.- Ismael es mi amigo. El fue internacionalista, aunque lo que me ata a él son sus ideas y la solidaridad del dolor de padecer tres años de encierro en las cárceles comunistas, por rayar en una pared lo que no le permiten las autoridades expresar formalmente.

"¡Oye, Isma se partió un pie!", me comenta un conocido.

"¿Cuándo?"

"Fue ayer", aclara el comunicador.

Tras ponerme al tanto del hecho fui a visitar al lesionado.

"Ni me digas na'", es lo primero que manifiesta después del saludo. Y comienza a contar.

"Era la noche del 29 para el 30 del pasado noviembre cuando me fracturé el tobillo y llamé pidiendo el auxilio de una ambulancia, que me trasladara al hospital. Me dijeron que no tenían gasolina, que si conseguía una bicicleta fuera, sino esperara al otro día y alquilara un Bicitaxi o algo para que me llevara. Me resigné a la segunda al no contar con la primera.

"Llegué al hospital a las 9 de la mañana. Allí vi de todo. Un niño de ocho años que había estado con su mamá el día anterior y le dijeron que se marchara y viniera al siguiente, pues no existían posibilidades el domingo de atenderlo. Eso no obstante a que ese niño vive a más de 30 kilómetros de Morón, lugar donde se encuentra el hospital.

"A las doce aproximadamente llegó una ambulancia de Servimec, servicio exclusivo para turismo internacional, con un caso de un alemán que jugando fútbol se fracturó un pie.

"'Apártense, apártense', vociferaba el camillero que lo traía, mientras atropellaba contra las puertas de la consulta a una señora de unos 60 años que desde muy temprano esperaba ser atendida.

"En pocos minutos el alemán salió hacia la cámara de Rayos X, e inmediatamente volvió a la consulta y en menos de 40 minutos se marchó el teutón hacia las lujosas estancias que el gobierno cubano ha creado para personas como él.

"Después hasta hubo líos porque decian que no alcanzaban las placas para atender debidamente a los que allí nos encontrábamos. Yo salí a las 2 y media de la tarde, y no fui el último".

Testimonios como éste demuestran que lo que el estado hace al enviar contingentes de médicos al Caribe, Centroamérica y otras partes del mundo no es más que jugar con las necesidades del pueblo cubano. ¿O acaso no es cierto que un pueblo que se acerca a los 70 mil habitantes, sumándole además todos los poblados y municipios periféricos, cuente con un solo médico de guardia en tal especialidad? Y no siempre. ¿No está carente de ese servicio? Huelgan los comentarios.

FIN

Jesús Joel Díaz Hernández

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