CRISTIANOS SIN MIEDO

Lo que el senor dice hoy a los aposteles va dirigido a los cristianos de todos los tiempos. Y hoy el senor nos invita a tener audacia, valentia y aguante. El discipulo no debe temer la contradiccion, el aislamiento, la persecucion, el ridiculo, ni siquiera la muerte. Porque la fuerza del evangelio es incontenible, porque los que matan el cuerpo no pueden matar el alma (inviolabilidad interior de la persona) y porque tenemos la certeza de que la providencia de DIOS nos asiste siempre.

Confesar la fe cristiana, tomar partido del evangelio, dar la cara por Cristo, son actitudes necesarias y perenne actualidad. Jesus avala ante el Padre a quien lo confiese ante los hombres como Senor resucitado, pero tambien puede negar ante el Padre a quien lo haya negado ante los hombres. La confesion de fe es tarea de todos los dias en los mil detalles de la existencia cotidiana en medio de una sociedad cada vez mas materialista y descristianizada.

Son multiples los temores que nos invaden y nos atenazan; uno de ellos es el miedo religioso. Hay muchos cristianos miedosos. Ante un ambiente social poco favorable a la fe cristiana, una de las tentaciones del creyente actual es el miedo que se disfraza de silencio cauteloso.

La solidez del creyente se pone a prueba o su miedo queda en evidencia, ante los criterios en boga sobre amor y familia, sexo y pareja, matrimonio y divorcio, vida y aborto, dinero y honestidad, justicia y derechos humanos, etc. No es suficiente que el cristiano no ceda en su fuero interno a las maximas y criterios incompatibles con el Evangelio y con su propio credo, sino que debe tener, ademas, el valor y el coraje de disentir y de confesar sus principios cuando llegue el momento crucial; y, sin agresiva altaneria, sino con humilde firmeza.

El odio al testigo de Jesus por el mundo es una senal de autenticidad de su testimonio y mision. Porque el mensaje evangelico choca necesariamente, como una denuncia, con el estilo de un mundo entregado a las pasiones del hombre terreno: codicia, soberbia, y sexo.

No tener miedo es asumir la dinamica de la solaridad en el bien; es declarar la guerra contra todas las situaciones de pecado. Esto lleva al creyente a saber jugarse todo por la causa de Cristo, conscientes de que El nos asistira hasta en los mas minimos particulares. "Cristo estara a nuestro lado como un fuerte soldado y nuestros enemigos se avergonzaran de su fracaso".

B.C.

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