Y tú, ¿qué haces aquí?

Así inició su conversación el Che Guevara, en la madrugada del 21 de abril de 1961. Nos encontrábamos un grupo de combatientes de la brigada 2506, que habíamos sido llevado a un pequeño cuarto en el Centro Australia, después de nuestra captura la tarde anterior, en un remoto pero lindísimo lugar de Playa Larga en la Bahía de Cochinos.

Estabamos harapientos, hambrientos y fatigados después del hundimiento del Houston en el cual tratamos de desembarcar el 17 de abril. Ahí nos encontrabamos con las manos atadas, cuando oigo voces hablando un idioma que después reconozco es el francés, y unos minutos más tarde se abren las puertas y entra el Che con un contingente de periodistas extranjeros. Siento gran asombro cuando noto que es el Che, pero aún más cuando se dirige a mí y me hace más que una pregunta una inquisición, a lo mejor atraído por mi juventud o quizas por el color de mi piel oscura. Empieza diciéndome cómo la juventud es la más beneficiada por la revolución, y cómo los cubanos como yo tenían más beneficios bajo la revolución, etc., etc. A lo que le contesté: "Es que no me gusta el comunismo, comandante."

-¿Qué hacías antes de venir en la Invasión?- "Era estudiante de comercio", más de la misma arenga, que el estudiantado gozaba ahora de más recursos y demás.

-¿Como te llamas? "Fernando Marquet"

-¿De Donde eres? "Soy de La Habana." En esos momentos algunos de los militares y milicianos que estaban a su alrededor, le susurraron algo al oído, y me pregunta:

-¿Tu tío era congresista de Batista y te mandó a recobrar las riquezas que les quitamos?

-" No, mi tio no era rico, ni me mando, yo vine porque quise. Aparte él se inscribió pero nunca lo llamaron." No nota que al lado mío está Jorge, su hijo, mi primo hermano, que permanecimos juntos durante todo el proceso de la guerra y de la prisión.

-¿A qué se dedicaba tu padre?

-"Era corredor de aduanas." A lo que el Che, respondió: - Ladrón.

Me le quedo mirando, y me hago el que no le entiendo, y me dice:

-¿Tu no sabes que todos los corredores de aduanas eran ladrones? A lo que le respondo:

-"No creo sea verdad, pues mi padre no era rico."

Me pregunta: - ¿Cómo te tratan? Y aprovecho para quejarme y le digo. "que con las manos atadas detrás de nuestra espaldas, tan apretadas nos cortan la ciculación y no hemos podido dormir"

A lo que contesta, quizas para congraciarse con los periodistas presentes a los cuales les ha estrado traduciendo todo el tiempo lo que estaba acontenciendo. - ¿Por qué no le sueltas las sogas?

FIN

Fernando Marquet
Girón
Órgano Oficial de la Brigada 2506
Año 1 Número 8

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