CUBA: EL "PLATTISMO", UNA CONSIGNA MAS
por JESUS HERNANDEZ CUELLAR
Durante casi 40 años, el castrismo, carente de un vocabulario practico y serio, utilizó los mas inverosimiles calificativos para desacreditar a sus opositores políticos. De manera que asistimos no solo a un fenómeno de poder que aisla, encierra y ejecuta a quienes piensan diferente, sino que echa mano de una retórica mas cercana a la del "solar" habanero que a un lenguaje capaz de explicar razones y propósitos convincentes. Asi surgieron los adjetivos "gusano", "vendepatria", "traidor", "lumpen", "antisocial" y otros muchos.
En estos últimos años, al alcanzar Cuba una independencia política, ecónomica e ideologica no deseada por el castrismo, tras la desaparición del bloque comunista, era necesario encontrar un concepto mas elaborado, cuyo fin no significase simplemente eliminar ante los ojos del pueblo a un indefenso disidente, sino anular la cubanía de una oposición asentada en el extranjero con recursos ecónomicos reales y una muy fuerte documentación acerca de los años de violaciones a los derechos humanos, sometimiento de la soberanía nacional a una potencia extranjera, violación de la soberanía de otras naciones, corrupción e ineficiencia administrativa.
Se generó asi algo llamado "plattismo", en referencia a la Enmienda Platt, impuesta en 1902 vergonzosamente a Cuba tras la ocupación de la isla por parte de Estados Unidos, luego de la guerra de ese país contra España. Esa guerra dio punto final a la dominación española, ya casi derrotada por los independentistas cubanos. La enmienda, que garantizaba la intervención norteamericana en Cuba en ciertas circunstancias, tomó el nombre de su autor, el senador estadounidense Orville H. Platt. Esta enmienda tuvo vigencia durante un periodo mas corto que el que lleva el castrismo en el poder. Se anuló felizmente en 1934.(*)
Sesenta años despues de la eliminación de la Enmienda Platt, el castrismo, en ese febril empeño de desacreditar a sus adversarios, ha inventado el mencionado "plattismo" para explicar que los casi dos millones de cubanos que viven en Estados Unidos, pretenden anexar Cuba a su gran vecino del norte. Que esos exiliados -se exceptua el pequeñísimo coro formado por emigrantes cubanos, que respalda esta tesis castrista desde territorio norteamericano- defienden mas los intereses de Estados Unidos que los de Cuba, como si algun aliento divino hubiese determinado que Castro y Cuba son la misma cosa. Que ese pueblo exiliado, dicho asi mas como un escupitajo que como un concepto, no ama a Cuba, ya no es cubano e iria a la isla a llevar el terrible capitalismo, los vicios del pasado en sus manos, como garras de aguila.
Olvidando que todo su andamiaje ideologico fue sacado de una brutal dependencia de la Union Sovietica y no del talento revolucionario propio, este ultimo formado mas por consignas que por ideas, Castro y el castrismo, en su fase neostalinista, caen en escandalosas contradicciones.
?Como se puede entender que esa "mafia terrorista de Miami" que "controla la politica exterior de Estados Unidos hacia Cuba" sea dependiente al mismo tiempo de los dictamenes de Washington? No hay duda alguna de que los entrecomillados son frases textuales de Fidel Castro.
Vale recordar una discusion en los foros de Internet, en la que un cubano respondia a un advenedizo canadiense que si era cierto que habia influencia cubana en la Casa Blanca, y que los cubanos no tenian intenciones de avergonzarse de ello. Porque esas influencias en Estados Unidos se ganan a fuerza de destreza y talento politicos.
Nunca se oyo decir, durante los dificiles agnos de la Guerra Fria, que el castrismo arrastro a Moscu a las desgastadoras guerras africanas. Lo que se dijo fue que las tropas castristas debian estar donde la Union Sovietica no podia "dar la cara". Y tambien se ha dicho que los cubano- estadounidenses han arrastrado a Washington a una polemica internacional con la Helms-Burton. Nunca se dijo que Castro influyo en el Kremlin para suspender la invasion sovietica de Afganistan. Lo que se dijo fue que Castro guardo un silencio complice y perdio prestigio en aquel periodo, agno 1979, cuando se le pidio que en calidad de presidente del Movimiento de Paises No Alineados, demandara la retirada de las tropas sovieticas. Igual imagen de dependencia exhibio el dictador cubano durante la invasion sovietica de Checoslovaquia, en 1968, cuando justifico ante las camaras de la television cubana el horrible espectaculo de los tanques sovieticos pisoteando el suelo checoslovaco. Lo que recuerda la humanidad es la inmediata ruptura de la izquierda europea con la dictadura cubana, ante el peso de la evidencia.
Ídentica estatura de vasallaje y crueldad expone aun hoy la Seguridad del Estado, tras muchos agnos de obediencia a los metodos de tortura fisica y psicologica aprendidos al calco de la tenebrosa KGB sovietica, cuyo magisterio en la obtencion de "mea culpas" sin picanas eléctricas era la envidia del mundillo internacional de la represion.
Penosa por ridicula fue ya la conducta de Castro de no permitir a los atletas cubanos participar en los Juegos Olimpicos de Los Angeles, en 1984, al responder obedientemente al llamado de boicot hecho por Moscu. Este episodio se hace mas ridiculo aun si se toma en cuenta que cuatro agnos antes, en 1980, cuando Jimmy Carter propuso un boicot similar a las Olimpiadas de Moscu, la isla de Puerto Rico, que tiene un Comite Olimpico independiente, asistio a la cita deportiva honrosamente, pese a su condicion de Estado Libre Asociado.
?Se puede tomar en serio la tesis del "plattismo", cuando se sabe que esta formula conspirativa nacio precisamente del vientre de uno de los mas grandes ejemplos de dependencia politica, economica, militar, policial e ideologica? ?Cuando se sabe que esta tesis fue creada no para condenar una dependencia, sino para contrarrestar una influencia politicamente costosa para el castrismo?
Si lo que Castro quiere decir al colocarle al exilio cubano el cartel de "plattista", es que buena parte de los casi 20 mil millones de dolares de poder adquisitivo que tienen los cubanos en Estados Unidos iria a parar a Cuba en el post-castrismo, quizas el dictador tiene razón. Si lo que quiere decir es que los 103 mil negocios cubanos asentados en territorio estadounidense, que generan anualmente 15.800 millones de dolares, irian a crear empleos y desarrollo ecónomico a la isla, probablemente tiene razón. Si lo que quiere decir es que los científicos, ingenieros y técnicos cubanos que han participado aqui de las auténticas revoluciones, la de la cibernética, la de las comunicaciones via satélite, la de la television por cable y la del descubrimiento de vacunas, por solo mencionar algunas, irian a poner su grano de arena en una nueva Cuba, es posible que el dictador tenga razón.
Pero no parece creible que el hombre que fue calificado hace un agno por el Washington Post como "el único obstáculo real para la democracia en Cuba", este refiriéndose exactamente a esto. No es su estilo, no es su voluntad. Simplemente, esta inventándole a cierta gente del pueblo cubano y a sus ya pocos amigos internacionales, un enemigo que hay que destruir para seguir atado al pedestal del poder, sin tomar en cuenta que no vendran mas amos protectores, sino los vientos en espiral del implacable juicio de la historia, que perdurará por los siglos de los siglos y aun mas siglos.
(*) Unilateralmente el Presidente Revolucionario Ramón Grau San Martín la
abolió el 10 de septiembre de 1933, al tomar posesión de la presidencia. Los
acorazados americanos tenian desenfundados sus cañones y apuntaban hacia La
Habana- En 1934, los EE.UU. para neutralizar el sentimiento anti americano de
los cubanos y ayudar a consolidar a Batista y a su títere Mendieta, se
avinieron a la abolición bilateral.
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